La nueva ley de residuos prioriza las medidas de prevención en la política de residuos, contempla actuaciones contra el desperdicio de alimentos, la reducción del consumo de envases de plástico y prohíbe la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos, tales como textiles, juguetes y aparatos eléctricos, entre otros, que deberán destinarse preferentemente a reutilización y reciclado.
Entre las principales novedades, en el ámbito de la gestión de los residuos, destaca el establecimiento de un calendario de implantación de nuevas recogidas separadas de residuos para su valorización, además de la ya existente para el papel, los metales, el plástico y el vidrio. Se amplía así la recogida separada a los biorresiduos domésticos y a los residuos textiles, aceites de cocina usados, residuos domésticos peligrosos y residuos voluminosos. Los residuos de construcción y demolición deberán clasificarse por materiales y la demolición deberá ser selectiva.
En el ámbito de los plásticos, se introducen limitaciones, con medidas que van desde objetivos de reducción, requisitos de diseño o de marcado, hasta la restricción de la introducción en el mercado de algunos de ellos.
En cuanto a las medidas fiscales, destacan el impuesto sobre envases de plástico no reutilizables y el impuesto a la incineración, coincineración y al depósito de residuos en vertedero, así como la obligación para las entidades locales de desarrollar, en el plazo de 3 años, una tasa por los servicios de gestión de residuos que prestan.
Respecto a la responsabilidad ampliada del productor del residuo, la nueva ley de residuos señala las obligaciones que se pueden imponer a los productores y que, por tanto, quedan pendientes de concreción mediante la aprobación del correspondiente real decreto. Son las siguientes:
- Diseñar productos y componentes de productos de manera que a lo largo de todo su ciclo de vida se reduzca su impacto ambiental y la generación de residuos, tanto en su fabricación como en su uso posterior, y de manera que se asegure que la valorización y eliminación de los productos que se han convertido en residuos se desarrolle de conformidad con lo establecido en los artículos 7 y 8.
- Para ello, podrán ser obligados a desarrollar, producir, etiquetar, comercializar y distribuir productos y componentes de productos aptos para usos múltiples, que contengan materiales reciclados, que sean técnicamente duraderos, actualizables y fácilmente reparables y que, tras haberse convertido en residuos, sean aptos para ser preparados para reutilización y para ser reciclados, a fin de facilitar la aplicación correcta de la jerarquía de residuos, teniendo en cuenta el impacto de los productos en todo su ciclo de vida, la jerarquía de residuos y, en su caso, el potencial de reciclado múltiple, siempre y cuando se garantice la funcionalidad del producto. En sentido contrario, se podrá restringir la introducción en el mercado de productos y su distribución cuando se demuestre que los residuos generados por dichos productos tienen un impacto negativo muy significativo en la salud humana o el medio ambiente.
- Aceptar la devolución de productos reutilizables, la entrega de los residuos generados tras el uso del producto; asumir la subsiguiente gestión de los residuos, incluidos aquellos abandonados en el medio ambiente, en los términos previstos en los artículos 43 y 60 de esta ley, y la responsabilidad financiera de estas actividades. Dicha responsabilidad financiera podrá ser sufragada parcial o totalmente por el productor del producto y, en su caso, los distribuidores podrán compartir dichos costes, y podrá modularse de acuerdo con los criterios establecidos en el artículo 43.1.b).
- Ofrecer información a las instalaciones de preparación para la reutilización sobre reparación y desguace y al resto de instalaciones de tratamiento para la correcta gestión de los residuos, así como información fácilmente accesible al público sobre las características del producto relativas a la durabilidad, capacidad de reutilización, reparabilidad, reciclabilidad y contenido en materiales reciclados.
- Establecer sistemas de depósito que garanticen la devolución de las cantidades depositadas y el retorno del producto para su reutilización o del residuo para su tratamiento.
- Responsabilizarse total o parcialmente de la organización de la gestión de los residuos, pudiendo establecerse que los distribuidores de dicho producto compartan esta responsabilidad.
- Utilizar materiales procedentes de residuos en la fabricación de productos.
- Proporcionar información sobre la introducción en el mercado de productos que con el uso se convierten en residuos y sobre la gestión de estos, así como realizar análisis económicos o auditorías. Estos estudios económicos deberán ser independientes y contrastados, y estar al alcance de las autoridades competentes. Tales obligaciones de información podrán ser aplicables también a los distribuidores.
- Informar sobre la repercusión económica en el producto del cumplimiento de las obligaciones derivadas de la responsabilidad ampliada.
- Aumentar los periodos de garantía de los productos, tanto los nuevos como los reparados.
- Cumplir las condiciones necesarias para garantizar el derecho a reparar del consumidor.
- Proporcionar información sobre las características del producto que permitan evaluar las posibles prácticas de obsolescencia prematura.
La ley define, así mismo, las partidas de gestión de residuos que deben financiar los productores y los mecanismos de control para los sistemas individuales y colectivos.
La nueva ley de residuos contiene una regulación de los suelos contaminados, en la que destaca, como novedad, la creación del Inventario Nacional de descontaminaciones voluntarias de suelos contaminados.
En lo que respecta al régimen sancionador, se incluyen nuevas infracciones. Así, será considerado infracción el abandono, incluido el de la basura dispersa o littering, el vertido y la gestión incontrolada de residuos peligrosos o de cualquier otro tipo de residuos.
En este enlace, puede descargarse la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular